El presidente estadounidense Donald Trump.Win McNamee / Gettyimages.ru
Las experiencias de izquierda que hoy gobiernan la mayor cantidad de países de América Latina también son una respuesta al auge que tuvo la derecha conservadora latinoamericana hacia finales de la década pasada.
En paralelo, la política de aranceles de Trump está generando una desafiliación de los aliados tradicionales del gobierno de EE.UU., lo que puede facilitar a América Latina, especialmente a los países más apegados a Washington, el comercio con otras regiones, como los Brics y la Unión Europea (UE).
El avance de las relaciones con China ha sido inocultable en las balanzas comerciales y también en diversos proyectos de infraestructura en toda la región. Su influencia pudo develarse con el protagonismo del coloso asiático durante la VI Cumbre en México, en septiembre de 2021, teniendo como anfitrión al expresidente Andrés Manuel López Obrador y a la que asistió virtualmente el presidente chino, Xi Jinping.
Con la Unión Europea, la Celac ya ha realizado tres cumbres interregionales. La última de ellas en Bruselas en 2023, pero estas relaciones han cobrado relevancia luego de la presentación del proyecto ‘Global Gateway’, una iniciativa de la UE para invertir en América Latina en torno a los 45.000 millones de euros hasta 2027, con la que pretende competir con la Ruta de la Seda de China.
Entonces esta cita dará claves para entender cual será el sentido que tomará América Latina en la coyuntura naciente y cuyo final es indeterminable.
Otros temas principales
La deportación masiva de migrantes y el canal de Panamá son temas que también sobrevolarán el evento.
Otros de los puntos que generan expectativas son: la trasferencia a la nueva presidencia pro tempore de Gustavo Petro que puede imprimir velocidad al bloque durante el año en el que le tocará dirigirlo, así como la propuesta de Lula de lograr una candidatura común de una mujer latinoamericana al cargo de la secretaría general de la ONU, que será renovado en 2026.
El dardo de Lula a Trump: “Nadie juega a que el mundo no existe, con casi 200 países”
Pero todos estos ítems estarán condicionados por la problemática que luce central: las capacidades de la región para hacer frente a un nuevo mundo que está naciendo. Esta Cumbre abre la posibilidad que América Latina dé una respuesta conjunta a las graves situaciones que se están presentando, para perfilar a la región latinoamericana y el Caribe hacia la diversificación de sus relaciones comerciales que podría sellar la independencia histórica de la región hacia EE.UU., una potencia que había sido hegemónica desde finales del siglo antepasado y que consideró a la región simplemente como su “patio trasero”.
Hoy el “patio trasero” se verá a las caras y deliberará sobre su futuro. Seguramente también tendrá muchos obstáculos internos, pero las expectativas van al alza.
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